FreeBSD y todo al demonio

Esta no es mi primera experiencia con FreeBSD, la primera vez que lo usé fue hace mas de 15 años, en un servidor firewall que funcionó por 7 años sin ninguna modificación (trascendental), en sintesis, es una roca, cuando funciona, nada lo rompe.

Cómo fue volver a FreeBSD? Exactamente igual, en serio, exactamente igual. Después de 15 años.

FreeBSD Logo

Los servicios se corren de la misma forma, los comandos son los mismos, las configuraciones se hacen en el mismo lugar, bueno, casi, pero de la misma forma que antes.

Lo único que cambio desde ese tiempo a esta parte es el gestor de paquetes, que por debajo sigue siendo algo que descarga archivos comprimidos y los descomprime en la raíz del S.O. y ya. En su momento los «ports» o instalación desde código fuente ya era algo amigable para la época, eso sigue funcionando por cierto.

Si pensaban que habían distribuciones de GNU/Linux que eran conservadoras, este sistema operativo se lleva el primer premio en conservador.

Voy a hacer una análisis filosófico, tenganme paciencia. Este sistema operativo es explícito, declarativo e imperativo incluso a veces, uno tiene que ponerle voluntad y empeño para hacer funcionar la orden, y hay que decirle con claridad: «esto es lo que quiero que hagas, de esta forma lo harás» nada es «automágico», nada funciona «out of the box». Pensarán «para que quiero algo así?». Yo quiero algo así, en situaciones especiales.

Si es un sistema que sabemos que no debe cambiar demasiado en el tiempo, o que debiera estar optimizado al máximo, FreeBSD es el nombre de la herramienta.

Mi análisis es sobresimplificado, hay más cosas detrás de FreeBSD, primero: Es un gusto adquirido, no es facil a la primera, ni a la segunda, apenas a la tercera, y después de 10 intentos aun frustra, pero lo segundo: Una vez que está funcionando, uno lo deja y se olvida que existe. Porque es categórico que para dejarlo funcionando uno ya hizo todas las configuraciones inciales, medias y avanzadas porque sino no funciona, y cuando ya está todo hecho, levanta el servicio, ya todo esta hecho, vuelvo mes a mes sólo para ver logs, el servicio ya no lo toco nunca más. (ojo, esto no les salva de hacer actualizaciones de seguridad y demás, eso se hace siempre).

Es una experiencia de administración avanzada, y como tal, nada se rompe, todo es «scripteable» y mi script va a seguir funcionando mes a mes, versión a versión, no así como versiones de GNU/Linux, que por mantenerse a la vanguardia con herramientas (llámese firewall, network config, gestión de servicios, entre otros) más faciles rompen cosas que ya estaban funcionando bien, o hace dificil replicar algo ya funcionando en la última versión del sistema operativo.

No me malinterpreten, es loable la tarea de facilitar las cosas al nuevo administrador o al nuevo usuario, y las herramientas son cada vez mas versátiles, pero no cambia uno de los problemas de fondo: lo que funciona en la versión X puede no funcionar exactamente igual en la versión Y.

Si tuviera un backup de las configuraciones de mi firewall de hace 15 años, me animo a pensar que aún funcionaría.

Introducción al software libre

Me honra poder realizar después de 13(trece) años nuevamente la charla de introducción al software libre en un FLISoL.

Haciendo retrospectiva en lo que fue ese primer FLISoL, la perspectiva que tenía de mi audiencia en ese entonces y la que me espera mañana, si es que se presenta, me hace pensar: «Ha pasado el tiempo, y lo bueno se mantiene».

Les dejo mi presentación para vuestro deleite:

Jerarquía de méritos

Nunca fui muy fanatico de las figuras de autoridad, se da que en nuestra cultura (paraguaya) la autoridad no permite ser cuestionada en su mayor parte. Este es el primer problema con el que nos topamos.

En los líderes que me toca ver en todos los ámbitos donde me desempeño, veo que uno de los rasgos que me invita a seguirlos es que hacen.

Se da la casualidad (o no) que al hacer tantas cosas, es decir, hacer y dan el ejemplo con eso, traen consigo un mérito, que a veces simplemente es hacer y equivocarse, hacer y atinarla, hacer y luego dejar de hacer también. Hacer finalmente.

Sólo haciendo las cosas, y cometiendo errores muchas veces es que nos merecemos el lugar donde estamos, los espacios de liderazgo son para los que hacen, el resto que «lo mira por TV» opinará lo que quiera, y ultimamente más que antes el que «hace» méritos, el que suda la camiseta, lidera en un mundo cada vez más apático.