Nunca fui muy fanatico de las figuras de autoridad, se da que en nuestra cultura (paraguaya) la autoridad no permite ser cuestionada en su mayor parte. Este es el primer problema con el que nos topamos.
En los líderes que me toca ver en todos los ámbitos donde me desempeño, veo que uno de los rasgos que me invita a seguirlos es que hacen.
Se da la casualidad (o no) que al hacer tantas cosas, es decir, hacer y dan el ejemplo con eso, traen consigo un mérito, que a veces simplemente es hacer y equivocarse, hacer y atinarla, hacer y luego dejar de hacer también. Hacer finalmente.
Sólo haciendo las cosas, y cometiendo errores muchas veces es que nos merecemos el lugar donde estamos, los espacios de liderazgo son para los que hacen, el resto que «lo mira por TV» opinará lo que quiera, y ultimamente más que antes el que «hace» méritos, el que suda la camiseta, lidera en un mundo cada vez más apático.